
Siempre he amado al desierto. Uno puede sentarse sobre una duna de arena sin ver ni escuchar y, sin embargo, siempre hay algo que brilla en el silencio.
Te trajimos a un lugar, absurdo, dificil y hermoso, lleno de gente que salta a cabezear con los codos, hay que anda con pie de plomo dicen las bisabuelas, yo diria que vallas lento y parejo, pero que gastes tus suelas.
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